La higiene facial consiste en la limpieza de la piel, eliminando células muertas y puntos negros.

Es el primer tratamiento que se aconseja.

Se realiza utilizando diversos productos dependiendo del tipo de piel que debemos tratar, entre los que destaca el vapor de ozono que ayuda a la extracción manual y la arcilla verde para corregir las zonas más grasas.

Los tratamientos a base de ozono purifican y oxigenan la piel. El vapor tiene los siguientes beneficios:

  • Abre los poros, facilitando la salida de espinillas, puntos negros, restos de maquillaje e impurezas.
  • Purifica e hidrata la epidermis.
  • Relaja los músculos y da una sensación de bienestar.
  • Estimula el funcionamiento glandular, ayudando a la eliminación de toxinas.
  • Favorece la circulación sanguínea y despeja los conductos nasales.

Además, el vapor de ozono tiene dos efectos importantes:

  • Aumenta la oxigenación de los tejidos y a nivel celular.
  • Efecto bactericida y germicida; ayuda a eliminar bacterias y purificar la piel en profundidad.

La arcilla verde posee numerosas propiedades que la convierten en un excelente remedio para todo. Gracias a su gran poder cicatrizante es un ingrediente muy eficaz para curar las heridas, ya que absorbe las toxinas de la piel, evitando así la proliferación de microbios. Es decir, su cualidad principal es la de purificar, por lo que es ideal para tratar las pieles más grasas, con puntos negros y brotes de acné. Además, suaviza la piel, refinando su textura, por lo que tiene un efecto détox y purificante.

La duración del tratamiento completo es de una hora y cuarto incluyendo masaje y mascarilla.

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