La toxina botulínica, más conocida como botox, al tomar como nombre el de la marca del primer medicamento de este tipo que se comercializó, es en realidad la toxina que produce el botulismo.

Se aprovecha su capacidad de producir parálisis muscular para utilizarla con fines médicos en el tratamiento de ciertas en enfermedades neurológicas y en medicina estética para las arrugas de expresión, que es por lo que más se la conoce.

En este sentido ofrece claras ventajas:

• Evita la cirugía.
• Se puede aplicar en cualquier época del año.
• Es una técnica prácticamente indolora.
• Sus efectos comienzan a notarse a partir del tercer o cuarto día y se prolongan entre cinco y seis meses.
• Apenas tiene contraindicaciones.
• Raramente produce efectos adversos, como reacciones alérgicas, rigidez facial o náuseas.

La técnica consiste en la infiltración mediante una aguja extrafina de la toxina botulínica en el músculo de la zona que se desea tratar, produciendo su relajación e inhibiendo el movimiento de este. De ahí que su aplicación fundamental en estética sea el tratamiento de las arrugas de expresión, es decir, aquellas que aparecen en el entrecejo, la frente, las comisuras de los labios o el contorno de los ojos.

Es muy importante que este tratamiento sea aplicado por un especialista conocedor de la anatomía facial, ya que un pinchazo de botox en el lugar equivocado puede generar una expresión no deseada en el rostro.

La toxina botulínica tiene, no obstante, otras aplicaciones médicas. En la actualidad, se está utilizando para:

• El tratamiento de la hiperhidrosis, es decir, en personas con una sudoración excesiva en axilas, manos y pies. Con ella se logra disminuir la actividad de las glándulas sudoríparas.
• Control del blefaroespasmo, es decir, la contracción intermitente e involuntaria de la musculatura del ojo.
• Otras distonías y espasmos.

Diferenciando los tipos que trabajamos:

El Botox en el tercio superior potencia tu mirada. En esta nueva normalidad en el que las mascarillas son aconsejables, la mirada es muy importante, por ello uno de los tratamientos más atractivos es la aplicación de la toxina botulínica en el tercio superior con el que podrás rejuvenecer eliminando las arrugas.

Se dirige el botox a nivel neuromuscular bloqueando la contracción excesiva del músculo, disminuyendo así las arrugas de expresión derivadas de las mismas.

Si la persona a tratar suda de manera excesiva y le supone una molestia en su día a día tenemos la solución a su problema, mediante el tratamiento de la zona con toxina botulínica que mediante el bloqueo de la transmisión nerviosa en la unión neuromuscular se disminuye considerablemente la producción de sudor entre el segundo y cuarto día desde la aplicación con unos resultados de hasta 6 meses de duración.

El bruxismo es el hábito involuntario de apretar o rechinar los dientes que, además de desgastarlos, conlleva dolor de los músculos del oído, cuello y mandíbula, así como dolor de cabeza.

Una solución eficaz es inyectar botox directamente en el músculo masetero con el fin de aliviar la presión cuyos resultados son notables a partir de los quince días cuando el músculo ya pierde fuerza y tamaño.

Si se inyecta con regularidad además podemos reeducar los músculos para que dejen de apretar y podemos observar también beneficios estéticos con este tratamiento ya que ayuda a afinar más el rostro al ir perdiendo fuerza el músculo.