En Clínica Tomassetty ofrecemos tres tipos de tratamientos domiciliarios para el tratamiento de manchas en la piel:
1. Retinol
Es un derivado de la vitamina A que ayuda a frenar el envejecimiento de la piel, al acabar con las líneas de expresión, arrugas, flacidez y pérdida de volumen.
Su uso se ha generalizado en los últimos 40 años como ingrediente en productos cosméticos en la prevención de manchas de la edad, debido a su demostrada eficacia como renovador de la piel.
Penetra en las capas profundas de la piel, estimulando tanto el colágeno como la elastina, mejorando el aspecto de la capa exterior de la piel, beneficiando el proceso de renovación celular, eliminando la piel muerta y favoreciendo la aparición de capas de piel nuevas más luminosas.
Además regula el proceso de queratinización para suavizar la tez.
Debemos de tener en cuenta que en el caso de pieles sensibles puede provocar irritación, si bien en dichos casos se puede utilizar una crema seborreguladora con retinol, asociada al ácido hialurónico, lo que favorece la hidratación de la piel sin provocar irritación.
Tampoco es recomendable su utilización si la persona va a exponer durante mucho tiempo su piel al sol.
2. Ácido Kójico
Su función principal es la de inhibir la producción de la enzima tirosinasa, encargada de la regulación de la melanina, lo que provoca un aclaramiento de la piel, unificando el tono del rostro, suavizando las pecas y mejorando la apariencia de las manchas derivadas de la pigmentación y las provocadas por los rayos solares.
Es un producto natural resultante del proceso de fermentación del sake japonés, que se elabora con vino de arroz.
Su potente acción blanqueadora se completa con un moderado efecto antibiótico.
Debemos de tener en cuenta que su aplicación aumenta la sensibilización de la piel, pudiendo provocar enrojecimiento y descamación, por lo que debe de aplicarse siempre por un experto.
3. Ácido ferúlico
Mejora la producción de las fibras de colágeno y de elastina, lo que le convierte en un producto clave para evitar la aparición de arrugas y de manchas solares.
Es un potente antioxidante que se encuentra en las hortalizas, legumbres, frutas, cereales y semillas.
Ayuda a conservar la matriz celular de los tejidos y a proteger la capa dérmica.
Su combinación con las vitaminas C y E permite lograr una mayor estabilidad de los activos y potenciar su acción antioxidante.